En busca del Pisito Friends.

Eran muchísimas las ganas que teníamos de tener ya nuestro pisito Friends. Un jueves por la tarde, nos disponíamos a ir en busca de casas en alquiler, para poder tener un pisito, o casa todos juntos. Cristina, novia de Iván, miró a la derecha desde la ventanilla del coche de Iván y vio un chalet de 3 plantas en alquiler. La verdad que se la veía una casa amplia, y parecía que tenía un patio exterior inmenso. Nos apuntamos el número de teléfono en un folio y continuamos para alante. Iván frenó de golpe. Fue grande el susto que nos pegamos Cristina y yo, ya que no nos esperábamos esa frenada tan fuerte derrepente. Seguimos para alante. Recibí un whatsapp de Laura, que decía que de vuelta a su casa, había visto una casa normalita de 2 plantas y garaje por la zona nueva de nuestro barrio. El mensaje contenía la dirección. Iván nos llevo hasta ahí. Llamamos a Laura para comprobar si la casa que había visto ella era la misma que veíamos nosotros. Ella nos afirmó que era esa, y apuntamos el número en un folio. La verdad que la aparencia exterior era buena. Cristina tenía ganas de fumar. Nos bajamos del coche, e Iván, Cristina y yo nos dirigimos a un bar a tomar unos refrescos. Como Susana, Alicia y Evelyn tenían que salir del trabajo en breve, las llamé para ver si querían ir a que fuéramos a recogerlas. Ellas aceptaron. Una vez ya los 6 montados en el coche de Iván, las comentamos lo de la casa que habíamos visto. Evelyn se dispuso a llamar a la primera casa. Temía que no la estaban tomando en serio, ya que ella siempre que habla por teléfono, sea con quien sea, comienza a reír y no hay quien la pare. Evelyn preguntó por el precio de la casa, y la verdad que cuando nos los dijo no nos convenció mucho... Llamamos a la segunda casa. Evelyn, a carcajada limpia, preguntó de nuevo por el precio de la segunda casa. La verdad que era un buen precio, ya que la casa parecía bastante grande. Iván me llevó a mi casa, y al bajar del coche me entró un escalofrío. Era una fría tarde de invierno. Al llegar a casa, le comentamos a Laura, Antonio, Elena y Tamara lo del piso. No pusieron ninguna pega al respecto. Cada día aumentaban más las ganas de desaparecer de mi casa. Pasada 1 semana, Evelyn llamó a la dueña de la casa, y quedó con ella para así poder enseñarnos la casa en la que iba a pasar el resto del año junto a mis amigos.